1-Primera clase teórica
ORIGEN DEL
ARTE - “THE TRUTH WILL SET YOU FREE”
Para
comprender algo es necesario reconocer su origen, identidad y propósito.
¿Cuál es el origen del arte, cómo se origina?
¿Cuál es el origen del arte, cómo se origina?
Arte es una actividad emocional y emoción es la capacidad sensible que nos permite captar lo necesario. El arte es producto de una necesidad.
¿Qué es necesidad? Necesidad es una sensación de carencia que espera ser satisfecha. Acabo de afirmar algo complejo.
Sensación
es una respuesta de desacomodo, lo que acomoda no se siente, se asume. Las sensaciones son siempre y en todo caso: excesos o carencias.
El exceso
de calor provoca la transpiración y el individuo se siente acalorado, cuando se
siente miedo se produce la falta de seguridad y esa falta es una carencia; cuando
se siente hambre es porque el cuerpo carece de nutrientes. La certeza, la justicia, el bienestar, no
producen sensación alguna, el estado de satisfacción o de plenitud provocan un
estado de acomodo en el que las sensaciones no se declaran porque no existen.
Lo que vale no se siente, se establece.
La alegría por ejemplo, es una sensación de conquista se logra algo que no se tenía y por eso se muestra gratitud, la risa o la eufórica alegría son manifestaciones extremas de gratitud, pero son extremas. Se manifiestan solo en el exceso o demasía. La sensación es una demostración de exceso o carencia. ¿Qué es gratitud? Gratitud es una manifestación de agradecimiento. Es el reconocimiento de un favor o beneficio recibido o que se nos hizo.
La alegría por ejemplo, es una sensación de conquista se logra algo que no se tenía y por eso se muestra gratitud, la risa o la eufórica alegría son manifestaciones extremas de gratitud, pero son extremas. Se manifiestan solo en el exceso o demasía. La sensación es una demostración de exceso o carencia. ¿Qué es gratitud? Gratitud es una manifestación de agradecimiento. Es el reconocimiento de un favor o beneficio recibido o que se nos hizo.
Sentimos frio al bajar la temperatura, calor cuando se supera la temperatura corporal, hambre cuando se carece de nutrientes, empacho cuando se excede en ellos. Miedo cuando se teme perder la estabilidad, seguridad o salud, etc, etc. Las sensaciones son alarmas de una posible pérdida de la estabilidad, por la posibilidad de un cambio de estado, un exceso o carencia.
Si la necesidad es una sensación de carencia, ha de existir el carente que necesita ser satisfecho. De no existir el carente no existiría posibilidad alguna de necesitar. Por lo tanto, el origen del arte surge de una imperiosa necesidad perteneciente a un carente.
El origen del arte se desprende de la creación y el origen de la creación es un carente que necesita del beneficio de lo creado.
¿Puede una creación crearse a sí misma o por sí sola? Si decimos que crear es el producto resultante de una necesidad, y si comprendemos que cualquier necesidad para que sea satisfecha o manifiesta, ha de establecer la estructura base de cuatro posiciones, entonces, la creación no puede hacerse a sí misma o por sí sola, necesita irremediablemente del propósito y de un creador. El creador de una creación, tampoco es quien lo origina, el origen de la creación es la necesidad, el creador es un intermediario.
Antes afirmamos que la necesidad es una sensación de carencia, y sabemos que toda carencia necesaria, se pretende, se espera satisfacer y lo que satisface a cualquier necesidad vale al carente que lo pretende; lo satisface, o en otras palabras, lo agrada, se ajusta a la razón que lo declara necesario y lo beneficia. Aquello que beneficia, se ajusta y agrada es un valor. El valor establece una reciproca correlatividad emocional, intelectual y beneficiosa, por lo tanto, se adapta y adecua; por lo mismo, no se producen ni excesos ni carencias. De donde se deduce que no se siente porque no produce ninguna sensación.
Valor es
la cualidad contenida en el objeto que satisface al sujeto que lo aprecia. Acabamos de involucrar en la existencia del valor a “alguien”
el apreciador. ¿Podría existir un valor sin quien lo aprecie? ¿Cuánto valdría un valor si no existe el –alguien- que lo aprecie? ¿Cuánto vale un dólar para nadie?
El valor contiene una dualidad importante a descubrir: se espera y se disfruta. El amor es un valor que se espera y se disfruta, la verdad es un valor que se espera y se disfruta, la bondad es un valor que se espera y se disfruta. Si se pretende… existe contenida en él una dosis de deber, “se debe buscar, se debe lograr, se debe reconocer, se debe recibir” para disfrutarlo. Y ese disfrute solo surge y se desprende de la satisfacción pretendida, de la razón justificativa y del propósito logrado o realizado, por lo tanto, la gratificación del disfrute es un derecho al que logra la conquista del valor. El que ama, al ser amado disfruta del amor; el sincero al decir la verdad recibe el beneficio de lo lícito en la justicia, el que se propone algo, el algo que realiza beneficia su proposición. Ahora comprendemos que el valor contiene un deber y un derecho, el deber de realizarse y el derecho al beneficio de lo realizado. En esa realización se establece la autoría y el respeto.
Autoría del autor de lo realizado, produce autoridad y respeto en la respuesta del objeto necesario realizado. La autoridad no es de ningún modo el impositivo autoritario que se impone sobre los subordinados sometidos, eso no es autoridad, eso es imposición. Autoridad es el producto de la autoría. El padre es el autor de sus vinculados y el respeto de sus vinculados declara su autoridad.
La autoridad
sin respeto no es declarada, es asumida. Asumir la autoridad es distinto de establecerla.
La autoridad se establece cuando el objeto realizado, convencido y motivado responde a la voluntad de su creador libre e incondicionalmente. Su respuesta voluntaria es un signo de respeto y el respeto declara la autoridad. Para mantener la autoridad el sujeto debe seducir, persuadir y motivar al objeto a responderle sin
condiciones, convencido, y motivado. El ejército de un país cuando lo libera de las amenazas enemigas adquiere autoridad, pero cuando reprime a los ciudadanos sin una justificación se transforma en fascista impositivo y pierde la autoridad a pesar de su coerción o dominio.
condiciones, convencido, y motivado. El ejército de un país cuando lo libera de las amenazas enemigas adquiere autoridad, pero cuando reprime a los ciudadanos sin una justificación se transforma en fascista impositivo y pierde la autoridad a pesar de su coerción o dominio.
En el valor originario de la creación existen deber y derecho. Deber es una obligación motivada por el derecho a disfrutar de un beneficio, y derecho es la garantía a disfrutar del beneficio del cumplimiento de un deber.
Tanto el deber como el derecho son sensaciones y esas sensaciones son producto de una capacidad emocional, pero existen deberes sensibles, deberes cognoscitivos y deberes creativos, motivados por los derechos a la libertad de actuar, a la justicia y a la salud.
Si el valor se debe y se disfruta, ha de someterse a alguien con la capacidad emocional de sentir. Alguien capaz de captar lo necesario y de responder con lo adecuado. Y ese alguien contenido en la sensibilidad que juzga necesario o adecuado ese valor, es un servidor custodio de ciertas normas. Normas que declaran necesario o satisfactorio ese valor. Al custodio de las normas, eso que declara valido, justo y bueno, es lo que llamamos conciencia. Conciencia es el código rector que dictamina lo legal, lo legítimo, lo bello, lo bueno y al mismo tiempo es lo que desprecia lo malo, lo falso y lo desagradable.
La necesidad
espera siempre y en todo ser satisfecha, porque la necesidad es una sensación de carencia que espera y pretende ser satisfecha. Si la conciencia no admite lo malo, lo falso o lo invalido, porque no le satisface, no se justifica lícito o no le beneficia y por lo mismo no lo
admite, podemos llegar a la conclusión de afirmar que la necesidad
creativa se origina en la conciencia del valor. Pero la conciencia
tampoco puede establecerse a sí misma o por sí sola, necesita del
establecimiento consciente del valor de la bondad, lo bien hecho, lo que se debe; del valor de
la justicia y del valor de la unidad. La conciencia del valor se hace consciente en su consecución. Para que exista conciencia de lo legal o de lo legítimo es necesario de la ley para que exista conciencia del amor es necesario de la unidad con el amado o con lo amado y para
que exista conciencia de la bondad es necesario de lo bueno cumplido, o completado. De donde se deduce que la creación, es el objeto necesario para la declaración de conciencia.
que exista conciencia de la bondad es necesario de lo bueno cumplido, o completado. De donde se deduce que la creación, es el objeto necesario para la declaración de conciencia.
Todo acto contiene intencionalidad, selectividad y poder, absolutamente todos. Luego, todos los actos son productos de una conciencia que los declara necesarios, justos y beneficiosos, por ese motivo existen. Llegar a esta conclusión es todo un logro, porque estamos demostrando la existencia de un origen causal, dotado de conciencia que en el establecimiento de su creación se hace consciente en la participación y conexión recíproca con su creación. Por lo dicho, se comprende que la consciencia de la conciencia exige del objeto creado y apreciado en cuya recognición, correlativa se establece la consciencia.
Conciencia es un código rector custodio, pero además es un originario de lo
creado y es a la vez el receptor del beneficio de lo creado. Podría decirse, con lo comprendido que la conciencia disfruta, justifica, pretende y propone, pero en realidad no es la conciencia la que pretende, es el valor. El valor contenido en lo esperado y que al mismo tiempo es potencia en quien espera, es el verdadero gestor de la motivación a actuar. La conciencia discierne y determina válida la elección en base al juicio de lo que considera lícito.
Estamos declarando a “algo” que quiere, sabe y puede, dotado de libertad, porque crea, dotado de autonomía porque discierne, juzga y reconoce por si sola y dotada de responsabilidad porque responde al cumplimiento del deber necesario. La llamamos conciencia del valor, pero ese nombre le queda chico, muy chico, esa conciencia es una entidad anímica, porque se anima a ser satisfecha, se anima a crear lo justo para ser satisfecha, en ese sentido es absoluta. Solo se motiva a cumplir con lo que se
debe, solo reconoce lo legitimo y solo disfruta de lo que la satisface. A esa entidad dotada de poder, juicio justo y libertad, que es siempre y en todo responsable, siempre y en todo justa y siempre y en todo válida… ¿qué nombre se le debería poner? Esa entidad es el origen de la creación y esa entidad es el origen del arte.
Esa
entidad no solo existe en ti y en mí o entre y en nosotros, existe en todo acto creado. Si todo acto es producto resultante de una fuerza y fuerza es acción, dirección y recorrido, y si la única manera de que esa acción dirección y recorrido vuelva a su lugar de origen es con una orientación pretendida, es decir, con una proposición necesaria contenida en la pretensión de la energía originaria de la fuerza originada,
podemos llegar a la conclusión de que la energía creadora de la primera fuerza, llamémosle “PRIMERA ENERGÍA UNIVERSAL” contiene en si conciencia de lo necesario,
de lo justo y de lo bueno. Contiene conciencia del valor y por el derecho al
beneficio, se debe al cumplimiento de lo creado. Lo creado es necesario para la experiencia de ser consciente en el valor, sin esa consciencia la conciencia no se satisface y el valor no se establece. Valor es la cualidad que satisface y para eso, ha de ser correlativa entre deber y derecho, solo puede ser reciproco aquello que concuerda
y es similar. Por eso me atrevo a afirmar en forma categórica que el creador, espera en su creación los elementos que permitan establecer correlatividad, similitud o semejanza. Si observamos las diferentes categorías de las especies, podremos descubrir en su comportamiento una directriz que dictamina en cada una de ellas, la pretensión del similar. Cada individuo de cada especie busca unirse con el complemento de género que le permita la creación de un similar. El centro medular de cada una de las especies es la unidad, unidad con sus semejantes en especie (las manadas) y la unidad con sus semejantes en especie complementarios en género, para reproducir similares. En la similitud se ordenan ecológicamente, se reproducen y mantienen el equilibrio natural. ¿De dónde proviene este dictamen? De la Naturaleza de la Creación.
y es similar. Por eso me atrevo a afirmar en forma categórica que el creador, espera en su creación los elementos que permitan establecer correlatividad, similitud o semejanza. Si observamos las diferentes categorías de las especies, podremos descubrir en su comportamiento una directriz que dictamina en cada una de ellas, la pretensión del similar. Cada individuo de cada especie busca unirse con el complemento de género que le permita la creación de un similar. El centro medular de cada una de las especies es la unidad, unidad con sus semejantes en especie (las manadas) y la unidad con sus semejantes en especie complementarios en género, para reproducir similares. En la similitud se ordenan ecológicamente, se reproducen y mantienen el equilibrio natural. ¿De dónde proviene este dictamen? De la Naturaleza de la Creación.
La conciencia del valor libre, autónomo y responsable espera la concordia, coincidencia y reciproca correlatividad con otro igual, un semejante en la capacidad de ser libre, autónomo y responsable, que responda voluntaria y libremente al cumplimiento de la razón de madurar, esa es la razón que justifica al arte y al artista. Si la obra no se asemeja a lo que se pretende o se propone, ni el arte puede decirse realizado ni el artista puede sentirse satisfecho.
Todo
origen se justifica en el destino, y todo destino es producto consecuencia de un origen. El arte o la creación son el producto de una necesidad creadora y toda necesidad creadora se justifica y satisface en lo creado.
Valor es
un inmenso poder creativo inagotable, porque conoce el beneficio del derecho a disfrutar de lo creado y ese beneficio de lo conseguido, lo motiva de nuevo a otra conquista.
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