domingo, 21 de abril de 2013

15- FUNDAMENTOS DEL DESARROLLO DE UNA OBRA DE ARTE


15- Quinceava Clase Teórica
FUNDAMENTOS DEL DESARROLLO DE UNA OBRA DE ARTE
La obra de arte no nace por si sola ni a la primera. Nace de un origen con recursos y esos recursos tienen que ser aquellos necesarios para transformar una creación en suprema, excelente y maravillosa.
Los recursos vienen de dos facultades, las técnicas y las propositivas.
Los recursos técnicos se deben al ejercicio de dominio sobre los procesos de fabricación: dominio de la motricidad gruesa y fina, dominio de las habilidades sensoriales y dominio de las técnicas u oficios artísticos. Cada una de estas facultades se desarrolla mediante el hábito repetido y la determinación a superarse en ellas.
Las habilidades visuales, por ejemplo, se desarrollan viendo lo que se mira y mirando mucho con la intención de aprenderlo. Hay gente que mira y no ve y otros que ven lo que miran, la diferencia entre ambos es que el que ve lo que mira pone atención a entenderlo, y el que no ve lo que mira, no pone atención y por lo mismo, no lo entiende. Entenderlo, en este sentido es hacerlo propio de uno, es reconocerlo. La habilidad visual se fundamenta en ese principio, el principio de la recognición. El sentido de la vista nos permite reconocer formas y colores mediante los cuales obtenemos la deducción de las distancias. Sin la diferenciación tonal, no seríamos conscientes de las distancias y sin la proyección en fuga de las formas, tampoco. Lo que provoca la sensación de la distancia es el sentido de proyección provocado por las formas y tonos al proyectarse en el espacio. Si utilizáramos formas sin proyección en perspectiva e invirtiéramos los tonos de los colores en proyección, nuestro sentido de la visión no reconocería el espacio. Por lo tanto l visión no ve el espacio, ve formas y colores que en su proyección provocan en el intelecto la deducción del espacio.

Las formas iluminadas en la distancia producen volúmenes y existen tres tipos de manifestación de los mismos: planos, cóncavos y convexos. El reconocimiento de estos tres tipos de superficies posibilita al individuo reconocer dentro de lo plano, cóncavo o convexo, el tipo de lisura, profundidad o convexidad. Unas compuestas por superficies más o menos rugosas, blandas, duras, frías, calientes, ásperas o satinadas, etc. Lo mismo con los colores, las variedad de matices solo es posible de descubrirla en el análisis exhaustivo de los mismos.

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