domingo, 21 de abril de 2013

19- NORMAS DEL COMPORTAMIENTO HUMANO


19 Diecinueveava Clase Teórica
NORMAS DE COMPORTAMIENTO HUMANO
El comportamiento humano es producto del actuar propuesto por la pretensión del individuo.
Existen dos tipos de pretensión: la del que pretende algún beneficio individual y la del que pretende un beneficio compartido. El humano natural prefiere y propone siempre el beneficio compartido y el humano artificial prefiere el beneficio personal.
1-Cuando el humano natural, que existe en todo individuo, pretende un beneficio compartido, ajustado a la naturaleza humana, el proyecto, sea cualquiera que sea, gratifica y beneficia a todo. En esa gracia derivada de la gratificación que el receptor agradece porque le agrada, se conectan todos en el valor establecido.
2-Cuando el humano artificial, que existe en todo individuo, pretende un beneficio personal, desajustado con la naturaleza humana, el proyecto, sea cualquiera que sea, gratifica y beneficia al individuo y perjudica al resto de la totalidad, lo que conlleva al reclamo, a la acusación y al rechazo del resto de la totalidad.
Esta realidad del comportamiento, produce beneficio, en el primer caso y daño en el segundo caso.
El humano, por naturaleza es sensible, pero la sensibilidad es una capacidad que debe madurarse y en muchos casos, esa sensibilidad, es incapaz de sentir el daño causado por optar en el comportamiento por la alternativa individual. Generalmente, el individuo tiende a pensar, que como uno es el beneficiado, ese beneficio es suficiente. Y no es suficiente, lo suficiente benéfica a todo.
El comportamiento humano responsable,  ha de sentir la necesidad de optar en todo, por lograr el beneficio máximo que satisface a la totalidad de las especies, porque esa totalidad de las especies, es la Naturaleza de la Creación y la Naturaleza Humana es responsable del ordenamiento completo de todo lo creado, a eso se le llama ser ecológico.
Pero los ecologistas no tienen claro cuál sería el comportamiento ecológico. Piensan que no se debe dañar a las especies, pero ignoran qué es lo que les daña, porque desconocen las leyes de la creación.
El desarrollo de la sensibilidad hace sentir que la pretensión de un beneficio desajustado con las normas naturales, deja siempre a algo, o a alguien insatisfecho  y   asume  la responsabilidad de restituirlo o resolverlo. Pero la sensibilidad inmadura, justifica el beneficio individual en su propio agrado. Le agrada lo que hace, independientemente de que perjudique al resto, pero como su conciencia del valor es inmadura, lo sigue repitiendo. A ese estado le denominamos adolescencia. El individuo adolescente hace lo que prefiere su adolescencia.
Adolescencia no es un plazo de tiempo, es un estado de ignorancia de las normas de la naturaleza. Cuando ignoramos nuestra naturaleza conectiva nos desconectamos, por eso los adolescentes se desconectan de otros adolescentes, o de sus primos, hermanos o familiares, en algunos casos incluso se desconectan de sus padres. ¿A qué se debe esta desconexión, afectiva, intelectual o tradicional, a que conocen su naturaleza conectiva o a que la desconocen? Si entendieran que a todo el mundo le agrada el afecto y la amabilidad, la sinceridad y el juicio justo y el cumplimiento del deber, ¿no cambiarían su actitud de indiferencia, de reclamo, acusación o rechazo, por una actitud amable, comprensiva y motivante? Pero, ¿cuantos canales de televisión o emisoras de radio, le repiten al adolescente, que su naturaleza humana es conectiva en la amabilidad, sinceridad y responsabilidad? ¿Cuántos medios de comunicación le repiten en sus anuncios que el respeto es responder al cumplimiento del bien común?  Y ¿Cuántos dicen que la libertad es la capacidad de optar por lo que es siempre y para todo válido? Y en cuantos diarios han visto escrito que el amor es darse por el bien del otro para el bien de todo, o que el afecto es atender, entender y estar atento a las necesidades naturales del otro. A lo sumo han escuchado que el amor es darse por el bien del otro, pero existen miles, sino millones de trabajadores actualmente que se dan por el bien de las empresas mientras odian a sus empresarios. No basta con darse por el bien del otro, si ese bien no beneficia a la naturaleza humana. No basta con ser honesto consigo mismo sin ser honesto con la legalidad humana y no basta cumplir con lo que se quiere, si eso que se quiere no cumple lo que se debe realizar. Ya somos adultos para pensar que: “como doy de comer a mis hijos soy responsable”. ¿Qué tipo de responsabilidad es esa de proteger, educar y ser amable con la familia, si se es, odioso con la sociedad, ignorante de la naturaleza humana e indiferente frente a los deberes sociales?
El desarrollo intelectual hace sentir que el juicio racional, según el criterio adolescente, no asegura por completo en el juicio justo. La razón del que ignora las normas se justifica en el criterio adolescente, pero no se ajusta en el criterio de lo absoluto. Para un adolescente, el sentimiento de atracción que siente por su novia, supera al que siente por sus padres y piensa que es su deber amar a su novia más que a sus padres. Bajo el punto de vista de sus padres, ese razonamiento es injusto porque los padres lo crearon, lo criaron, lo educaron y lo maduraron para no perder el vínculo afectivo que construyeron con él. Y lo que los padres esperan es el reconocimiento de su realización espiritual. Si el hijo prefiere el amor de su novia, por sobre el amor de sus padres, pone a los padres en una posición indigna y cualquiera de ellos pensaría que es injusto que el amor de un par de años o tres, que lleva con su novia, supere al afecto de los veinte o treinta años de atención, entendimiento y cuidados ofrecidos por los padres. Pero no solo por la lógica de la cantidad, sino también por la lógica de la calidad. Los padres lo dieron todo por los hijos, dieron su propia sangre, sus propios genes, su tiempo entero, su propio alimento, sus posesiones, sus logros, conocimientos y cumpliendo el compromiso de madurarlos, sanarlos, limpiarlos, protegerlos, etc, etc. El hijo que muestra al padre una intensidad mayor de afecto por su pareja que por sus padres es indigno de esos padres, porque en su indiferencia hacia ellos les desagradece su sacrificio y dedicación. Esto no nos lo repiten los publicistas en sus campañas, todo lo contrario, repiten que los derechos del individuo, y los derechos del niño…y los derechos a la libertad de pensamiento… y los derechos a la libertad de expresión… y los derechos a la libertad sexual…Pero y… ¿los deberes? ¿No existen deberes? ¿A quién se debe lo creado y lo criado? ¿Se deben a sí mismos? Quienes piensen que sí, podrán obrar en consecuencia y quienes piensen lo contrario, también deberían obrar en consecuencia.
El maduro intelectual, reconoce las normas de la Naturaleza Humana y razona en consecuencia. Reconoce los fundamentos de la creación y en esa legalidad razona juicios justos. La conciencia del maduro, no es adolescente, reconoce y comprende la naturaleza de la creación y juzga en consecuencia. El maduro asume la posición de un líder, de un maestro y de un padre en sus juicios.
Maduro, no significa que lo conoce todo, eso es pensar adolescentemente. Maduro es el que dispone del conocimiento de su origen, identidad y propósito; reconoce la dinámica de la relación, sus fundamentos, funcionar y función y conoce la naturaleza de la creación con la que conectar su naturaleza humana. Ese es el contenido que garantiza la madurez humana.
El criterio maduro hace posible iniciar relaciones con la correcta actitud de amabilidad, sinceridad  y respeto. Posibilita el seducir con afecto, persuadir con verdad y motivar con el ejemplo de lo adecuado.
El desarrollo del respeto por lo natural y la responsabilidad de su cumplimiento, hacen posible la realización del bien común. Respeto y cumplimiento del deber motivan y desarrollan la voluntad de las personas. La falta de respeto desmotiva y cumplir lo preferido, deja lo preferente sin hacer y eso frustra. La frustración sin respeto no se puede superar. Para afrontar y superar la frustración es necesario respetar lo natural. ¿Cuál es la conducta natural humana? La de atender, entender y estar atento a las necesidades máximas del momento y lugar, la de atender con amabilidad, la de entender con interés en el reconocimiento de la verdad, la del respeto al atender con determinación y el compromiso de cumplir, resolver y realizar la satisfacción de lo que se debe hacer.
El individuo sensible a la necesidad conectiva del valor en los vínculos afectivos, lícitos y responsables, afronta las relaciones con la auténtica actitud normal natural; la actitud de la unidad. Para lograr la unidad sensible,ww provoca sensaciones agradables en el otro o en lo otro. Esas sensaciones responden a la actitud amable, cariñosa, cordial, simpática, apreciativa, interesada o afectiva. La sensibilidad madura capta lo necesario en el otro, lo que el otro necesita y porque lo reconoce necesario lo respeta, respondiendo al cumplimiento de su deber de resolverlo, solucionarlo o realizarlo.
La conducta normal del ser naturalmente humano es la de responder al cumplimiento del deber necesario, sin condiciones, libre y voluntariamente. La incondicionalidad frente al deber es la actitud normal del comportamiento natural humano. Busquen los ejemplos que se les vengan a la memoria para corroborar esta idea y encontrar a quienes consideran más normales. Si consideran normales a aquellos que frente a una necesidad no se motivan a resolverla, el tiempo y sus experiencias les demostrarán que están equivocados. La incondicionalidad ante el deber, no es un mandato civil, ni ciudadano, ni social, ni costumbrista, es una obligación natural. La conciencia humana no perdona, no tiene cómo perdonar a quien no responde adecuadamente. El perdón es un invento contra natura. La naturaleza no pide perdón por los desastres que produce un terremoto, porque para la naturaleza, lo que produce un terremoto no es ningún desastre. El desastre lo consideran solo el individuo o el grupo de afectados, pero no la naturaleza y por lo mismo, el perdón lo solicita el afectado, no la naturaleza. Perdón es una súplica que permita o tolere cierto error. Cuando el error no es importante, se puede tolerar, pero la perdida de la pureza, o de la integridad, ¿cómo se perdona? ¿Conocéis a algún empresario que perdió a su hija en las manos de un violador, que ponga al violador a cargo de la administración de su empresa, o que lo nombre encargado de sus finanzas, o consejero familiar? ¿Qué es entonces el perdón?
El ser humano debe asumir conductas responsables, lo que significa ser capaz de responder al cumplimiento de lo que se debe hacer. Lo que se debe hacer, es siempre la máxima necesidad. Por lo mismo, quien cumple siempre con resolver o realizar la máxima necesidad válida para todo, no perjudica nunca a nadie. Esa es la conducta natural normal. Ese es el verdadero comportamiento humano justo, porque se ajusta a la justicia natural. Si se consigue orientar a los estudiantes en esa determinación, el pueblo será más eficiente, justo y afectivo. La educación ha de partir de esa premisa: “responde siempre voluntariamente al cumplimiento del máximo deber válido para todo”.
Cuando todos, responde libre y voluntariamente al cumplimiento del máximo deber válido para todo, se solucionan todos los problemas sociales, familiares e individuales. Los políticos han de comprender este planteamiento, los periodistas también, los publicistas, escritores, docentes, representantes, líderes sociales, alcaldes, concejales, diputados, senadores, jueces y encargados del orden público, han de saberlo y exigirlo desde su posición de orientadores. El día que este conocimiento sea implantado en los jardines infantiles de la JUNJI, en los colegios municipales y particulares, en las universidades estatales o privadas, gozaremos de la eficiencia que hoy por hoy nos es ajena y enajena.
Es importante que los líderes sociales reconozcan que el modo de mejorar la salud, la educación y la producción del país se basa en los fundamentos de la Naturaleza Humana, no en decisiones partidistas de partidos que no son enteros, ni de planteamientos económicos que no economizan, ni en ideologías subterráneas que no promueven la libertad  de optar por la opción válida para todo. El futuro de la humanidad lo determinamos hoy nosotros, tu que lees esto y yo que lo escribo. Los dos debemos asumir la responsabilidad de publicar este antibiótico social, para curar el letargo de una tradición social dormida en el sueño de su realización. Para garantizar la realización de cada uno es necesario antes, realizar al todo, a la comunidad entera del lugar en el que habitas. Ahora tenemos la solución, el resto es publicitarla y comenzar a obrar de acuerdo con las normas naturales del ser normal para madurar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario